Rafael Alberti Merello
(El Puerto de Santa María, Cádiz, 16 de diciembre de 1902 - El Puerto de Santa María, Cádiz, 27 de octubre de 1999).
Poeta español de la Generación del 27. Empieza el bachillerato en el Colegio de los Jesuitas del Puerto de Santa María. En 1917 se traslada a Madrid, donde abandona el bachillerato por la pintura, que ejerce una
gran influencia en su obra; en 1922 realiza una exposición en el Ateneo. Empieza a escribir sus primeras poesías, recogidas bajo el título Marinero en tierra, con el que obtiene el Premio Nacional de Literatura (1924-25), otorgado por un jurado que integraban Antonio Machado, Menéndez Pidal y Gabriel Miró. A esta obra siguieron La Amante (1925) y El alba del alhelí (1925-26). Su poesía es “popular” —según Juan Ramón Jiménez—, “pero sin acarreo fácil, personalísima, de tradición española, pero sin retorno innecesario, nueva, fresca y acabada a la vez, rendida, ágil, graciosa, parpadeante: andalucísima”. La etapa neogongorista de Cal y canto (1926-1927) marca la transición de este autor a la fase superrealista de Sobre los ángeles (1927-1928). A partir de entonces, y tras afiliarse al partido comunista, su obra adquiere tono político. La poesía de Alberti cobra cada vez más un tono irónico y desgarrado, como los poemas burlescos Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos (1929), Sermones y moradas (1929-1930) y la elegía cívica Con los zapatos puestos tengo que morir (1930).
A partir de 1931 aborda el teatro, estrenando El hombre deshabitado y El adefesio.
Posteriormente recorre varios países de Europa, pensionado por la Junta de Ampliación de Estudios, para estudiar las nuevas tendencias del teatro. En 1933 escribe Consignas y Un fantasma recorre Europa, y en 1935, 13 bandas y 48 estrellas. En 1939, al terminar la guerra civil española, se exilia a la República Argentina, desde donde se traslada a Roma en 1962. En 1945 publica, en Buenos Aires, A la pintura: poema del color y la línea, y además un volumen que abarca la casi totalidad de su obra lírica, Poesía, donde se muestra cierta nostalgia por la patria.
Regresa finalmente a España en 1977. Su producción poética continúa con la misma intensidad en estos años, prolongándose sin fisuras hasta muy avanzada edad. A su vuelta a España es elegido diputado por Cádiz por el Partido Comunista de España, pero renuncia a su escaño para proseguir su tarea literaria. Sus libros de memorias cosechan grandes éxitos en las distintas ediciones, cada vez más completas, de los diferentes volúmenes de su Arboleda perdida. Entre las numerosas distinciones y homenajes que se le dedican destaca el Premio Miguel de Cervantes, que le es concedido en el año 1983.